Debido a las condiciones climáticas adversas, es común que las persianas de la vivienda acumulen una considerable cantidad de polvo en sus hendiduras. Si no se les proporciona un mantenimiento regular, terminan presentando una apariencia muy sucia.

La limpieza de las persianas varía según si se realiza en el exterior o en el interior, sobre todo si no se dispone de acceso exterior. Asimismo, el material de las persianas (plástico, PVC, madera o aluminio) requiere un cuidado diferenciado. Por ejemplo, las persianas de plástico tienden a volverse más porosas con el paso del tiempo, lo que facilita la penetración de la suciedad. En el caso de las persianas de madera, es necesario aplicar una capa de barniz para exteriores cada cierto tiempo, entre otros cuidados.

A pesar de la diversidad de colores en las persianas, las blancas siguen siendo las más populares, lo que complica su limpieza. En principio, a menos que el fabricante indique lo contrario, todas las persianas pueden ser limpiadas con agua y jabón neutro. En caso de suciedad incrustada, se pueden utilizar productos específicos no abrasivos. Una alternativa más cómoda, aunque costosa, es utilizar una vaporeta.

En situaciones donde se dispone de acceso exterior, ya sea a través de una terraza o balcón, solo es necesario bajar la persiana con las lamas abiertas para exponer las hendiduras y acceder a la acumulación de suciedad. Primeramente, se utiliza un cepillo de cerdas suaves para cepillar las hendiduras de arriba a abajo y eliminar el polvo. Luego, se aspira por fuera y por dentro, y finalmente, se pasa una bayeta con agua y jabón para dejarla reluciente, secándola con un paño de algodón.

El desafío surge cuando no existe acceso exterior a las persianas. En tales casos, existe un método sencillo, seguro y eficaz para limpiarlas al abrir el cajón superior donde se enrollan cuando se levantan.

Una vez que el cajón está abierto y se está en una escalera, se procede a limpiar el interior. Posteriormente, con un cubo de agua y jabón, se cepillan, aspiran, limpian y secan las lamas una por una. Para lograr una limpieza completa, es necesario ir enrollando gradualmente la persiana hasta dejarla completamente reluciente.